domingo, julio 22, 2007

EL ESCAPULARIO DE LA VIRGEN DEL CARMEN


Estimados Amigos de la Red:


Quisiera compartir con Uds, transcripción que subí el 16 de Julio al Foro Social del Curso Camino de Emaús (Pastoral de la Salud - Teleduc ) que actualmente estoy realizando.


"Como muchos católicos, llevó en mi cuello el Escapulario de la Virgen del Carmen. Hoy que, celebramos a Nuestra Señora bajo el nombre del Carmen, me permito transcribir una información relacionada con el Escapulario.

El miércoles 16 de Julio de 2003, en Roma Juan Pablo II dijo:

“Hoy, en la liturgia, se celebra la memoria de Nuestra Señora del Carmen. Yo también, desde mi juventud, llevo al cuello el escapulario de la Virgen y me refugio con confianza bajo el manto de la santísima Virgen María, Madre de Jesús.
Os deseo que el escapulario sea para todos, especialmente para los fieles que lo llevan, ayuda y defensa en los peligros, sello de paz y signo de la protección de María.”

¿Qué es el escapulario?

El Escapulario es un símbolo de la protección de la Madre de Dios a sus devotos y un signo de su consagración a María. Nos lo dio La Santísima Virgen. Se lo entregó al General de la Orden del Carmen, San Simón Stock, según la tradición, el 16 de julio de 1251.

San Simón Stock fue el sexto superior general de la Orden religiosa Carmelita durante los años 1245-1265. Ante serias dificultades de la Orden, San Simón suplica diariamente la protección de María. Su oración fue escuchada, y "se le apareció la Bienaventurada Virgen, acompañada de una multitud de Ángeles, llevando en sus benditas manos el escapulario de la Orden y diciendo estas palabras: Éste será privilegio para ti y todos los carmelitas; quien muriere con él, no padecerá” (Catálogo de Santos de la Orden).


Privilegio sabatino

También reconocida por Pío XII, existe la tradición de que la Virgen, a los que mueran con el Santo Escapulario y expían en el Purgatorio sus culpas, con su intercesión hará que alcancen la patria celestial lo antes posible, o, a más tardar, el sábado siguiente a su muerte.


Nos conduce a Jesucristo y a la comunión con la Iglesia.

El escapulario es la renovación de la consagración bautismal por cuanto es un revestirse de Cristo, de su muerte y resurrección. Al recibir el escapulario, valen las palabras del Apóstol San Pablo: “que lo mortal de nosotros sea absorbido por la vida” (2Cor 5,4), es decir, seamos revestidos de la condición nueva que nos ha dado el Señor. Nuestra vocación es tener vida eterna, es vivir en santidad. Por eso, como parte de la preparación a recibir el escapulario, es conveniente renovar las promesas del bautismo: renunciar al pecado y profesar la fe que nos lleva a la vida eterna.
«Este culto (mariano) se convierte en camino a Cristo, fuente y centro de la comunión eclesiástica» (Papa Paulo VI, Marialis Cultus 32).


Espiritualidad

Quien recibe el escapulario queda marcado con un especial sello de veneración y culto a María, se compromete a un apostolado eclesial y asume el compromiso de imitar a María.

Este don de la Virgen es signo de las muchas gracias que puede ella conceder, como consecuencia de su privilegiada e íntima participación en la historia de la salvación.

El fruto del Escapulario consistirá en que quien lo lleve se esfuerce eficazmente en la imitación de las virtudes de la Santísima Virgen.


El Escapulario mariano, es:

- Un signo "fuerte" aprobado por la Iglesia desde hace varios siglos, ya que representa nuestro compromiso de seguir a Jesús como María:

* abiertos a Dios y a su voluntad
* guiados por la fe, por la esperanza y por el amor
* cercanos al prójimo necesitado
* orando constantemente y descubriendo a Dios presente en todas las circunstancias

- Un signo que introduce en la familia del Carmelo
- Un signo que alimenta la esperanza del encuentro con Dios en la vida eterna bajo la protección de María Santísima.


Normas prácticas

- El Escapulario lo impone una vez para siempre, un religioso carmelita u otro sacerdote autorizado.

- Puede ser sustituido por una medalla que represente por una parte la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, y por otra la de la Virgen. Esta medalla se bendice cuando se cambia.

- El Escapulario implica vivir conforme a las exigencias evangélicas, recibir los Sacramentos y profesar una especial devoción a la Santísima Virgen (expresada con el rezo cotidiano de al menos tres Ave Marías, ojalá el Rosario).

Imposición del escapulario.

Después de haberse preparado, al menos para renovar conciente y responsablemente las promesas bautismales, asumir el compromiso de oración diaria a la Santísima Virgen y un apostolado eclesial de acuerdo a su estado, el sacerdote bendice e impone el escapulario diciendo:

Recibe este hábito y compórtate de tal manera que con la ayuda de la Santísima Virgen, para gloria de la santísima Trinidad y para el bien de la Iglesia y de los hombres, te esfuerces cada día más en vestirte de Cristo y hacer que Su vida se manifieste en la tuya. R./ Amén.

Se reza a la Santísima Virgen una oración de consagración a Ella ".

FUENTE : http://www.virgendelcarmen.cl/